Pertenezco a ese grupo de personas que no pueden estar un sólo día sin hacer ejercicios. Practico deporte desde que era una niña, aunque mi madre siempre me recuerda que mi relación con el mundo fitness empezó a las pocas semanas de formarme: “Tu primera maratón fue en mi vientre”, dice ella.
Intenté -con algo de éxito- deportes como: natación, volley, aerobics, spinning y pesas, hasta que decidí que lo mío era correr, y lo hice por más de 13 largos años. La ventaja de vivir en una ciudad como Lima es que te permite practicar este tipo de hobbies al aire libre durante los 365 días del año. Ni el frío ni la humedad de la capital limeña son una barrera para programar el despertador a las 4:55 de la madrugada. Qué valiente!!!
Pero cuando te toca cambiar de país y ese país se caracteriza por tener un invierno de 20 grados bajo cero, la rutina cambia y no queda otra que frenar en seco las revoluciones corporales por temor a morir congelada en las pistas. El verano en Alemania, es otra cosa, al menos eso pensé a mediados de marzo cuando la nieve ya no adornaba más las veredas y el termómetro, después de varias lunas, marcaba positivo.
Quise retomar mi rutina de toda la vida pero mis buenos deseos se vieron frustrados por inesperadas lluvias torrenciales y vientos huracanados procedentes del mar del norte. Pretendí ser fuerte y hasta fingí un poco de valentía pero al segundo día de mi osadía, “pesqué” tremendo resfrío que me tumbó una semana en la cama con fiebre y con bronquitis aguda. Este cuerpito sólo conoce de humedades que llegan al 100% pero no de lluvias ni truenos que hacen pensar que el diluvio universal o el fin del mundo están a la vuelta de la esquina. Vergiß es, habe ich gesagt!!!
Laß` uns Zumba tanzen!
Tenía dos alternativas: gimnasio sin aire acondicionado (los alemanes aman tanto a la naturaleza que prefieren achicharrarse sudando la gota gorda, en lugar de colocar aire acondicionado) o zumba. Escogí el segundo porque soy hiper asquienta y, además, el local está ubicado a diez minutos (caminando) de mi casa.
Confieso que tenía un poco de miedo y dudas antes de empezar mi primera clase, especialmente porque mis “pies izquierdos” siempre me han dejado muy mal parada y, además, es un martirio diferenciar “izquierda” / “derecha”, y peor en alemán: “links” / “rechts”. Pero la música latina está impregnada en mi ADN y si te la crees, como yo, no tiene por qué fallar. “Hagámosle caso a la mente positiva, está de moda y es gratis”, me dije a mí misma para armarme de valor.
Mi primera impresión fue ver a muchas chicas y señoras inscritas. Algunas bien rellenitas otras delgadas y muy tonificadas, como uno :-). La profesora alemana, no es tan joven pero sí lo bastante amable como para hablarme despacio e incluso algunas palabras en inglés. Nadie habla ni canta en español, salvo la peruana.
Ahí estaba yo, primera en la fila derrochando carisma, actitud y seguridad, con mi ropa y zapatillas de correr. Las primeras notas de una salsa vino de la voz de Marc Anthony, me emocioné y empecé a cantar para seguir la tonada con mis pies, cuando un baldazo de agua fría me trajo a mi triste realidad: “Eins, zwei, drei, vier...noch einmal” (uno, dos, tres, cuatro...otra vez). No puede ser, me dije, esto no funciona así. ¡No somos Terminator! Cero espontaneidad, cero entusiasmo, cero gritos de emoción. Re-plop!!!
Luego fue el turno de las cumbias, el merengue, un poco de samba (no la hacen ni en cámara lenta) y salsas bien huachafas sacadas de contrabando, irreconocibles hasta para un cubano. Por supuesto, cada paso con su respectiva explicación detallada para que las europeas puedan seguir la clase y no se pierdan en cada cambio de ritmo. “Pobres, si quieren que el cuerpo se mueva solo, pongan a Juan Luis Guerra, Celia Cruz, Latin Brothers o el Grupo 5”, pensaba yo.
La clase dura una hora exacta y promete mucho sudor y algunas técnicas de baile. También entran en acción los brazos, la cintura y las caderas. Las clases de zumba son recomendadas para aquellas personas que quieren quemar calorías, pero no ayudan a tonificar los músculos (a menos que se combine con pesas). De acuerdo a sus detractores, no existe ningún beneficio para el cuerpo, pero sí prometen una alta dosis de energía, relajo y la posibilidad de conocer gente nueva. Si es así, bienvenida sea. Por lo pronto, a zumbear aunque sea en deutsch!!!
Dato adicional: Esta disciplina surgió en la década de los 90's cuando Alberto “Beto” Pérez (Colombia) creó estos movimientos de baile. Tuvo tanta acogida que rápidamente se hizo famosa en Estados Unidos, Latinoamérica y Europa.
Clases de Zumba en alemán por Beto Pérez
Claudita, te entiendo perfectamente. A mi me costó un año empezar a correr en Madrid, y eso que este clima es mucho mejor (con diferencia) que el de Berlín. Creo que has elegido un buen deporte, aunque, como bien dices tú, no es música para bailar con números. Afortunadamente, nosotros los latinoamericanos tenemos la capacidad de sentirla en nuestro cuerpo.
ResponderEliminarSilvanita, yo lo que hago es no escuchar mucho a la profesora y seguir el ritmo, porque sino me pierdo con roche. Sólo estoy corriendo cuando el clima está para no salir volando. Un besote.
ResponderEliminarUna persona que siempre tiene su mente ocupada en algo, jamás se sentirá sola y agobiada, por encontrarse en un país distante y lejos del suyo. Lo interesante que se puede apreciar en esta nota, es que los seres humanos buscamos de alguna manera sentirnos cómodos con cualquier actividad, como es el caso del deporte o la música que nos traslada a épocas y momentos inolvidables que quedaran como una huella indeleble en nuestras mentes.
ResponderEliminarFelicitaciones Clau!
Jorge
Gracias Jorgito!!!!
ResponderEliminarDisfrutar lo que haces es la clave de todo! Muy bien Claudita, me encantó lo escribiste :p
ResponderEliminarQué bueno que te gusto Moniquilla. Seguiré escribiendo de todo, el próximo que se viene es sobre la filamónica. Un besito.
ResponderEliminarBacan tu blog Claudia!...... ahora con la tecnologia uno puede estar en contacto con el mundo. Cuando me mude de pais en el 2002 no habia facebook, y no sabia de blogs, cuantas veces me quede con las ganas de escribir mis anecdotas y experiencias; y, claro, extranaba a mi familia.
ResponderEliminarBueno, te cuento que aqui en mi gimnasio (el cual no visito por varios meses debido a mi parto) hay una profe de zumba peruana!!!!!..... ella es bien loca y activa, ella cuenta en espanol y grita un monton. Me hace recordar a ti... ja ja ja..... estoy pensando que talvez ser profe de zumba esta en tu futuro, y alli si lo haces todo a tu estilo :) un besote y continua asi amiga, tan emprendedora.
Muy entretenido como lo cuentas, bueno con una escritorasa como tú, sabía que así sería... te felicito por tener la iniciativa de siempre mantenerte ocupada y sobretoto con cosas que son buenas para la mete, el cuerpo y el espíritu, como leer, hacer deporte, bailar, etc.... bueno, la clase en alemán y tan cuadrada, media aburrida para nosotros, pero tu diviértete!!!!
ResponderEliminarGracias Erika. Quizás más adelante me anime a estudiar algo de esto porque necesito cartón para dar clases de lo que sea.
ResponderEliminar@Clari, nunca tanto. Sirvo más - pienso yo- como redactora creativa, pero de todas maneras muchas gracias!!! Un besote.
Mi querida amiga, felicitaciones por tu nuevo logro.. Desde hoy sere tu seguidora Number 1!!
ResponderEliminarGracias Carlita! Espero te gusten y te entretegan un poco. Besos.
ResponderEliminarClo, me he matado de risa!!! qué vas ha hacer pues hermana!! tu digue con el eins, zwei, drei, vier und noch einmal...al menos dile que es uno, dos,tres y cuatro!!jajaja
ResponderEliminarpásala zunga!
beso